Soñé contigo!

Y aún en la lejanía, cerré mis ojos y te encontré, estabas mirándome, perdido en la magia dulce del momento, del sueño, de nuestra cita de cada noche…


Estabas tan esplendido, el aroma de tu piel invadía mi cama, y mis bostezos eran intentos desesperados de alcanzar tus labios, mi sueño se fue haciendo más profundo y con ello tú te fuiste haciendo más real...

Llegaste con la noche, te metiste por la ventana, con el frío aun de febrero, mis ganas de tenerte al lado te fueron materializando… yo aun con los ojos cerrados, sentía ya tu calor.

Me dijiste al oído, muy despacito… te amo, yo todavía con los ojos cerrados, sentí como mi piel temblaba…
Me abrazaste por la cintura, para sentirme más y más cerquita, yo seguía callada, las palabras no me salían, era presa de la emoción del momento, de la dulzura de tus besos que se perdían en mi nuca…

De repente y sin darnos cuenta, la dulzura se convirtió en salvajismo, los besos se hicieron más sedientos, las caricias más urgentes… mi cuerpo te pedía a gritos, y tus manos me buscaban desesperadas…

La noche era hermosa, e hicimos de ella nuestra cómplice, y la única música de fondo era el latir de nuestros corazones.

Bailamos toda la noche, Al ritmo del amor con un vaivén armonioso, el cielo nos sirvió un banquete en una mesa preparada con estrellas, y cenamos deseo, y cenamos lujuria…

Si, te soñé, pero fue tan real, que mi cuerpo amaneció húmedo y en mi cara pintada una sonrisa como ninguna.