
Espero, paciente pero inquieta a la vez, que mi teléfono suene,
oír tu voz al otro lado, cerrar mis ojos y al abrirlos nuevamente,
encontrarte aquí tumbado a mi lado…
Tengo miedo, como suelo tenerlo ya tan a menudo…
Y cuando esas noches lleguen,
prometo estar pegada al teléfono,
por si unas ansias locas de escucharme te consumen,
Me estaré sentada frente a la ventana, esperando que vuelvas a mi lado, un sábado como este aunque quizás menos frio porque ya estaré envuelta en tus brazos…
Llámame, a la hora que quieras, el día que quieras… hazlo ahora mi amor, que mañana no sabemos si se pueda…